Los labios son una parte clave de la anatomía facial y su aspecto puede influir significativamente en la percepción estética del rostro. Su forma, volumen y textura no sólo están sujetos a las particularidades de cada paciente, sino que también responden a las tendencias estéticas que, como bien sabemos, varían con el tiempo. Aunque la gesticulación es una característica personal que no podemos alterar, sí que podemos modificar la forma y volumen, ya sea mediante el uso de productos que actúen desde el exterior o mediante técnicas inyectables, como el ácido hialurónico inyectable para labios.
EL ÁCIDO HIALURÓNICO
En el contexto de los tratamientos inyectables, uno de los puntos más relevantes es la elección adecuada del tipo de ácido hialurónico según los objetivos del paciente. Como sabemos, el ácido hialurónico es una sustancia biocompatible presente en la piel y las mucosas, por lo que su introducción en los labios es bien tolerada por el organismo. Sin embargo, es importante considerar que, aunque esta sustancia es reabsorbible, su degradación completa no siempre ocurre sin dejar huella.
LA HUELLA ESTÉTICA
Este fenómeno, conocido como la «huella estética», se manifiesta más notoriamente en los labios que en otras zonas, especialmente cuando se realizan múltiples tratamientos en periodos cortos del tiempo.
Como doctor, es fundamental priorizar la estética del paciente. Un buen asesoramiento implica evaluar cuidadosamente las necesidades y expectativas del paciente, pero siempre ofrecer soluciones que respeten la armonía facial.
Inyectar ácido hialurónico de forma innecesaria puede generar resultados no deseados, como migración del producto, lo que puede comprometer la confianza del paciente.
El éxito en medicina estética se basa en la ética, la prudencia y en lograr resultados naturales que mejoren la armonía facial del paciente. Por este motivo, es esencial una correcta planificación de los tiempos.
¿hidratación o relleno?
La tendencia actual, como ya hemos observado, se inclina hacia unos labios armónicos, con un volumen moderado. Aunque técnicas como los “Labios Rusos” siguen siendo demandadas por algunos pacientes, la mayoría de los especialistas recomiendan optar por un volumen natural que respete las proporciones faciales. Es fundamental realizar una valoración previa para determinar el volumen adecuado y evitar un exceso de relleno que pueda alterar la naturalidad de los labios.
Un aspecto clave a considerar durante la consulta es el objetivo del tratamiento. Si el paciente busca un aumento de volumen, se recomienda utilizar ácidos hialurónicos con una reticulación media, que proporcionan un efecto duradero de entre 8 y 12 meses.
Sin embargo, si el objetivo principal es mejorar la textura y la hidratación, especialmente en pacientes con labios secos o agrietados, la mejor opción es un ácido hialurónico de baja o incluso nula reticulación, que ofrece un efecto hidratante con resultados más naturales, aunque de menor duración (3-6 meses).
La elección entre un tratamiento de hidratación o de relleno dependerá de las expectativas del paciente y de la evaluación clínica. Para pacientes que desean una mejora temporal, por ejemplo, de cara a un evento, el ácido hialurónico de hidratación es una excelente opción. En cambio, si el objetivo es un cambio más duradero en el volumen de los labios, los rellenos con ácidos hialurónicos de mayor reticulación ofrecen resultados prolongados.
CONCLUSIÓN
En resumen, la correcta evaluación de cada paciente y la selección adecuada del tipo de tratamiento son esenciales para conseguir resultados que no solo cumplan con las expectativas estéticas, sino que también respeten la salud y la estructura de los labios. Como siempre, la planificación y el asesoramiento personalizado son la clave para el éxito en este tipo de procedimientos.
