Estamos en septiembre y, aunque para algunos afortunados ha llegado el momento de las vacaciones y descansar, para la mayoría de nosotros ha llegado el momento de la vuelta al trabajo y las rutinas diarias.
Estos meses que dejamos atrás son fantásticos y llenos de luz, pero, en contrapartida, son los meses del año en los que la radiación solar es más alta. Como todos sabemos, esta radiación, aunque necesaria para el funcionamiento de nuestro organismo, en altas dosis es dañina para nuestra piel. Por esta razón, entramos en un periodo en el que debemos cuidarla de un modo especial y más intenso.
Los tratamientos que proponemos en estos momentos serán todos aquellos que nos ayuden a borrar los efectos perniciosos de la radiación y que, por otra parte, ayuden a nuestra piel a recuperar buenos niveles de hidratación y regeneración del colágeno.
CAPAS DE LA PIEL
Nuestra piel está dividida en varias capas y cada una de ellas necesita un tratamiento diferente, aunque complementario.
Por un lado, tenemos la parte más externa llamada epidermis.
Esta capa, a grandes rasgos, podemos considerarla como la primera barrera de defensa de nuestro cuerpo. En ella se van acumulando los agentes externos que nos agreden (polución, químicos, células muertas), por lo tanto, es conveniente eliminarlos de alguna forma.
Por otro lado, tenemos la dermis, muy importante, entre otras cosas, por generar colágeno y ácido hialurónico, además de contener unas células llamadas melanocitos, que son los encargados de producir pigmento. Ese pigmento nos encanta porque nos vemos morenos, pero, si se descontrola, puede producir manchas.
UNA SOLUCIÓN. LOS PEELINGS
Pues bien, dentro de los tratamientos restauradores de la piel, el primero que vamos a considerar son los peelings. Este tratamiento se basa en intentar forzar a la piel para que se descame y, con ello, conseguir que elimine todos esos componentes dañinos de los que hemos hablado antes.
Los peelings se pueden hacer por medios físicos, es decir, con algún aparato que rasque o queme nuestra piel, como por ejemplo el microneedling o el láser; o por medios químicos, que son sustancias generalmente líquidas que, aplicadas sobre la piel, harán que esta se descame.
Sea un método u otro, lo que estamos buscando con ellos es que la piel pierda parte de su superficie y, con ello, que arrastre y elimine aquello que nos está provocando una piel de aspecto mate y deshidratado. Hay que tener en cuenta que la intensidad de los peelings es variable, y será el doctor o doctora quien nos aconseje cuál debe ser la potencia del tratamiento en base al estado de nuestra piel.
BENEFICIOS DE LOS PEELINGS
1. Van a dar luminosidad a nuestra piel, ya que perderemos esa capa de células muertas que la cubría.
2. Mejorarán las manchas, ya que al descamarse una parte de la piel manchada se eliminará, e incluso, si la mancha es muy superficial, desaparecerá.
3. Generaremos colágeno y ácido hialurónico, ya que es la respuesta natural de nuestra piel ante las agresiones. Y, aunque estamos diciendo que el peeling es beneficioso, no deja de ser una agresión sobre ella.
4. Nos dejará la piel preparada para que los otros tratamientos que podamos realizar posteriormente sean más efectivos.
¿QUÉ CUIDADOS SON NECESARIOS DESPUÉS DE REALIZAR UN PEELING?
Dado que habremos dejado durante unos días nuestra piel más sensible, tendremos que protegerla del sol con un factor de protección total (50+) y complementarla con las cremas domiciliarias que se nos aconsejen. Por lo demás, podremos hacer una vida completamente normal.
